Orgasmos literarios. Historias originales. Pensamientos. chibiichigo.
domingo, 21 de noviembre de 2010
El ritual de ir acompañado al cine
lunes, 15 de noviembre de 2010
Aléjate
No te me acerques, que tu tacto me quema la piel.
No me hables, tus palabras perforan mis oídos hasta envenenar mi corazón.
No me veas, porque es entonces cuando se torna más insoportable la realidad y se me estruja el corazón.
No existas, tal vez entonces te vuelvas un sueño.
Detesto recordarte, entender que no hay en ti nada malo ni que yo te orillé a esta determinación. Procuro olvidar todos y cada uno de los momentos a tu lado, no me creo preparado para lidiar con tantas maravillas, con el recuerdo de un amor que prometimos que duraría pero murió sin siquiera darnos la posibilidad de guardarle luto. Se esfumó como una pompa de jabón.
Me dueles, con la vida y con todo mi ser. Me dueles hasta llevarme a la locura, hasta hacerme desear no sentir nada, creerte un sueño y pensar en hacerte desaparecer. Pero no puedo porque te llevo en el pecho, clavado en lo más hondo y vital de mi pútrido corazón, como un inquilino moroso al que no puedo ni podré sacar.
¡Maldito seas por permitirme amarte, sin saber si tú lograrías sentir lo mismo! Jugaste conmigo, con ese pobre e iluso clavo que debía sacar a otro. Porque tú lo único que deseabas era alejar de ti el fantasma de aquel amor malsano, de esa persona que demostró poderte lastimar como tú ahora me hieres a mí. Y, tal vez— sólo tal vez—yo lo supe desde siempre pero no lo quería asimilar. Prefería vivir en un mundo de ilusiones, donde todo era rosa y yo podía tomarte de la mano con la esperanza de que los días se sucedieran hasta llevarnos al final de nuestras vidas juntos. Eso era lo más cómodo, lo deseable, el único camino por el que esperaba poder transitar en busca de la felicidad.
Pero, para ti no fue así.
Optaste por irte, por tirar esos castillos que construimos con cartas de baraja, demostrando que no crees en el azar ni en el destino ni en ninguna de las cosas que me hiciste pensar que existían. Pero ni siquiera fui capaz de odiarte por ello. Eso es lo que más duele, lo que más atenta contra mi frágil integridad.
No te odio, ni creo llegar nunca a odiarte. He ahí el problema más importante. Hasta el seguir adelante me lo has vuelto complicado, y el olvidarte se me antoja una tarea imposible. Te llevo dentro y te sigo amando con todo el fervor y toda la intensidad de mi ser. Sigo pensando que tú eres quien la persona indicada para mí, pero que no es el momento indicado para nosotros. Que debo aprender algo de todo esto, que debo habituarme a vivir sin ti durante mucho tiempo… o tal vez por siempre. No lo sé.
Pero por hoy, tan sólo por hoy permíteme seguir adelante. No quiero aferrarme a ti para hundirme en el tiempo pasado, ni tampoco deseo que seas mi ancla hacia el presente. Sólo quiero que sepas que no te odio, pero que tampoco pienso perdonarte. No hay nada qué perdonar.
Te amo, así como eres, sin embargo no me haces bien. No eres lo que quiero ni lo que busco en este momento… pese a que te he buscado toda mi vida y quiero compartir lo que soy contigo.
Elegí entregarme a ti, y no me parece que fuese un desacierto. Sólo que ya no es nuestro tiempo y no tolero estar junto a ti. Me haces necesitarte cuando quiero dejar de hacerlo. Amarte cuando deseo hacerte a un lado y permitirle a otros amores albergarse en mí.
Anhelo volver a vivir y enamorarme de la vida. No seas egoísta y dame permiso.
Aléjate de mí y permíteme volver a ser yo…
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Orgasmos enlazados
Sobre mí

- chibiichigo
- Adicta a los libros, a la tinta y al papel, que se embriaga en la fragancia dulzona del conocimiento. Enamorada empedernida de la inteligencia y del misticismo que envuelve a las miradas que saben tanto que se atormentan por sus propias ideas. Admiradora del temple que tienen las tazas de café, y de la paciencia de los cigarrillos antes de consumirse, siempre esperando a una musa que parece no llegar más que en las noches de insomnio. Crítica de la realidad, fetichista de la fantasía y cazadora de ideas vueltas humo que impregnan el ambiente. Bebedora compulsiva de momentos de pasión cargados con el matiz de la sensualidad engalanada con bragas y liguero. Practicante de los rituales más escandalosos de amor abyecto que se mezcla con el odio y se funde en los labios con vehemente nihilismo. Hedonista por excelencia y narcisista por convicción, adoradora del culto al ser y al no ser, siempre en busca de la plenitud que proporciona el orgasmo. Sencillamente una escritora perdida en la fatídica realidad.