jueves, 27 de septiembre de 2012

Lencería y otras cosas racistas...

Desempolvar un cuaderno, incluso si es cibernético, resulta una tarea compleja. ¿Cómo saber que todavía nos sentimos a gusto en él o si nuestras palabras siguen resonando con la misma claridad que antaño? Volver a escribir, incluso si es un blog tan desconocido como donde yo plasmo mis orgasmos y antiorgamos, comprende un ejercicio titánico (aunque no lo parezca). Una va evolucionando, pierde y encuentra de nuevo la coherencia de sus ideas, se redescubre y de pronto ¡puff! se da cuenta que al dejar un espacio tan grande entre posts abre una brecha entre quién era y quién es ahora. Y siempre es feo darse cuenta de que ya no eres la misma de antes porque, de momento, es imposible saber si eres mejor o no.

Pero, bleh, da igual. Al final, sigo teniendo el mismo nombre y el mismo CV blogero. Porque ustedes no saben si soy blanca, latina, asiática, musulmana o rusa ortodoxa convertida en un producto de la  mercadotecnia estadounidense. Soy anónima y eso me confiese cierto estatus de neutralidad. Y este blog, por mucho que sea mi espacio para vertir mi poco popular modo de ver las cosas, sigue siendo una ramita de "Blogger" y de Internet. Nada más. 

Y así, escrito, suena de lo más normal. La escritura es algo que se consume, que no muestra el lado verdaderamente humano de una persona (cosa que, por otro lado, tampoco es taaaaan interesante), lo mismo que un alfajor no es la representación comestible de la colonización argentina, o que el Chanel N° 5 no es el olor característico de la sociedad francesa. Son productos, se consumen y ya. A lo mucho, si nos ponemos nuestras gafas de pasta gruesa y fingimos estar saturados de la posmodernidad o algo así de hispter, podríamos jugar a analizarlos, pero el hecho permanece: Son cosas y ya. 

Entonces, ¿por qué hacer tanto lío por ellos? ¿Estamos tan enfermitos de nuestro amor propio y de nuestro criterio que creemos que una cosa que se compra representa una cultura? Si es así, háganme el favor de matarse o de dejar de leer este comentario. 

Hace unos momento leí una nota de CNN donde se habla del "escándalo" de Victoria's Secret y su línea Go East, particularmente de un producto llamado Sexy little geisha. 


Evidentemente, la marca no sacó el modelito para incomodar a las japonesas-estadounidenses ni para transmitir el mensaje de "Las asiáticas viven lejos, pero son bien putas", por mucho que el exacerbado y mal entendido amor a la patria de muchas personas lo haya entendido diferente. Que si las geishas vienen de un contexto cultural diferente, que si tienen una historia de lo más humana que se vio trastocada por el producto  ya que la mezquina civilización occidental sólo las ve como meretrices elegantes, que si fue de mal gusto o lo que quieran... ¿de verdad era meritorio de hacer todo esa revuelta y sacar al saiyajin que toda japonesa lleva dentro? Es lencería, sirve para hacer un poquito de foreplay o para complacer la retina masculina (lo cual, si se quieren poner puntillosos, podríamos tachar de sexista y de cosificación de la mujer para transformarla en objeto sexual). No es una declaración de Estados Unidos para hacer menos a los asiáticos ni una burla a su cultura ni mucho menos. Es un producto. Se compra, se ocupa y se ve bonito. Fin.

Por una parte, comprendo que la gente suele ser muy... sensible con respecto de algunos temas. No se me olvida cuando México puso el grito en el cielo por un comentario intrascendente que hicieron en Top Gear y casi casi fue tomado como ofensa nacional. Muchos mexicanos (los que no tienen idea de qué va el programa, pero que luego luego se indignan) se sintieron ultrajados y vieron el colonialismo británico del Siglo XVII resurgir. Se sintieron la mítica raza de bronce oprimida por la bota europea y se desgarraron las vestiduras para pedirle un sacrificio a la BBC para honrar a Huitzilopochtli y calmar la ira de los dioses mesoamericanos... Entre muchas otras ridiculeces más que mostraron ser de lo más improcedentes porque había sido sólo un comentario estúpido que no respondía más que a los estereotipos creados por los medios y que no refleja nada real. Pero bueno, a los mexicanos les gusta poner el grito en el cielo por cualquier cosa nimia. 

El problema no es "comentar" o poner productos que hacen alusión a otras culturas, sea o no con intenciones racistas, sino que, en general, la gente se siente con derecho a hacer burla de los demás sin que valga eso de "el que se lleva, se aguanta". Nosotros vapuleamos en su momento la figura de los japoneses con Tachidito (no como sushi, como taquito), los japoneses explotaron los estereotipos de muchos países con manga-animes tan famosos como Hetalia, los franceses, alemanes e ingleses se molestan entre ellos (o se unen para hostigar a sus hermanitos de la UE) y nadie espera que se la hagan de tos por eso. Sería casi tan absurdo como ponerle una multa a cada madre que usa la figura de los "niños de África que no tienen que comer" para lograr que sus hijos se acaben la sopa.
Nos gusta hacer, pero no nos gusta que nos hagan. Nos hierve la sangre cuando alguien dice algo feo de nuestro país o de nuestra cultura, pero no nos detenemos a pensar en que son productos nada más. Yo, por lo menos, no veo a nadie haciéndosela de pedo a WB por Speedy Gonzales ni a los indios o a los judíos enfurecidos por su representación en The Big Bang Theory... Y eso abona más al mal entendimiento de una cultura que una pieza de lencería. 

Igual y está padre que las japonesas se pongan la camiseta para defender a su cultura pero también tienen que entender que el mercado occidental no está sólo "buleándolas" por tener los ojos rasgados y venir del otro lado del mundo. Era, hasta cierto punto, un tributo a ellos destinado para complacer al desconocedor mercado americano. Nadie habría hecho menos a los japoneses ni les habría perdido el respeto (nos dan demasiado miedo sus Transformers), es más, la verdad ni nos habrían importado sus referentes culturales...

Pero bueno, cada quien ve el lado de la historia que más le gusta. Que si Victoria's Secret es racista y los asiáticos unas víctimas inocentes, que si las japonesas sólo la hacen mucho de tos por cosas que ni al caso... El chiste es que las que habrían querido comprar el modelito, se tienen que aguantar porque ya lo retiraron. Y que yo todavía me tengo que esperar a que salga la colección Adelita traviesa. 



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